Lo que antes era un sueño para la comunidad de personas con discapacidad auditiva se pudo materializar con diez licencias de conducir. Ahora, con autorización en mano, podrán manejar por las calles maulinas.
En esta iniciativa enmarcada dentro del programa de becas laborales de Sence, el sector público y privado se unieron, en el cual capacitaron a instructores de Automóvil Club Chile con lengua de señas para hacer más efectivo el sistema de aprendizaje y que puedan conducir con responsabilidad.
Este curso se inició el 18 de junio y finalizó el 15 de julio, con un trabajo práctico y teórico para así garantizar las habilidades y aptitudes requeridas para obtener la licencia de conducir.
MAULE PIONERO
En un acto encabezado por el seremi de Desarrollo Social, Juan Eduardo Prieto; el seremi de Gobierno, Jorge Guzmán; la directora regional de Senadis, Carla Matteo y el director de la escuela Automóvil Club de Chile, Pablo Paredes, destacaron que sin duda se respondió a una petición de hace años y esperan siga replicándose en todo el territorio nacional.
“Tenemos este curso que es pionero en Chile, esperamos que se replique no solamente con estas 10 más el próximo año sino que se aumente el doble, el tripe y que sea un ejemplo para todo el país”, sostuvo Prieto.
A esto se sumó el seremi de Gobierno, quien consideró que “Cuando los ojos de Chile se ponen en la Región nosotros nos sentimos orgullosos porque estamos avanzando en cada una de las áreas que tenemos. Inclusión sin duda que es un área muy importante”.
El apoyo de Senadis fue fundamental para lograr establecer una mejor comunicación con los participantes, según destacó el director de la escuela Automóvil Club de Chile, Pablo Paredes.
“Las materias tratadas en el curso, fueron exactamente las mismas que se tratan en cursos regulares salvo un poco más lento, por el tema del lenguaje de señas en el que participan intérpretes. Sin embargo, los resultados finales del curso son exactamente los mismos de los cursos regulares”, precisó Paredes.
BENEFICIADOS
Juan Rojas, quien fue uno de los diez participantes que aprobó el curso, aseguró que aunque fue difícil al inicio, lograron entender todas las clases impartidas en las 60 horas de trabajo que tuvo el taller.
“Los sordos no escuchamos las bocinas y otros sonidos pero podemos utilizar todo el tema visual, la vista, tenemos lengua de señas, utilizamos la vista y eso es una herramienta, podemos utilizar las luces y eso puede ser nuestro medio de información”, explicó Rojas.